Déficit de Atención

Algunas características típicas de un  joven o adulto con un perfil de Déficit de Atención pueden ser:  pobre capacidad para concentrarse en determinadas actividades y/o para prestar atención de forma sostenida, desorganización, dificultades para planificar actividades o distribuir el trabajo en pequeñas tareas, dificultad para iniciar y finalizar proyectos, gestionar mal el tiempo (llegar tarde) y/o facilidad para olvidarse de cosas (no saber dónde se dejan las llaves, olvidar pertenencias), etc. De lo anterior deriva, en muchos casos, un déficit de autoestima.

Otras características hacen referencia a la impulsividad. En jóvenes y adultos puede observarse: dificultad para controlar impulsos, sensación de que las actividades “nunca te llenan lo suficiente», inquietud, empezar varios proyectos a la vez, cambiar de trabajo, etc.

Además, las personas con un perfil de Déficit de Atención tienen mayor tendencia a sufrir ansiedad, síntomas depresión o pequeñas obsesiones.

Aunque se enumeren unas características generales, hay que tener en cuenta que  considerarlas un problema o un trastorno en su conjunto  dependerá del grado, de la disfuncionalidad que ocasionen, y otros aspectos que requieren un proceso de evaluación y recogida de información en diferentes contextos de la persona. En muchos casos, el diagnóstico es  complejo   y discutible. Algunas características son:

Inatención

Suelen evitar realizar tareas que requieren un esfuerzo mental prolongado. No acaban lo que empiezan y se desmotivan en el transcurso de la tarea o la actividad.

Hiperactividad

Suelen sentir inquietud interior, impaciencia interior y desasosiego a lo largo del día.  (La hiperactividad en la adolescencia y en la edad adulta ya no se observa tanto a nivel de «movimiento externo» sino que, más bien,  es una sensación de inquietud interior).

Impulsividad

La impulsividad está relacionada con la impaciencia;  le puede resultar muy difícl esperar para realizar algo. A menudo, no pueden evitar satisfacer el impulso en el momento que se presenta en la conciencia.

Esta forma de ser o trastorno, (dependiendo del grado y el malestar que cause), forma parte de la personalidad…  Se pueden adquirir  estrategias para compensar ciertas dificultades típicas de esta forma de ser y conseguir niveles óptimos de funcionalidad, bienestar y auto-confianza.

Uno de los objetivos en terapia es conocer o más bien re-conocer los mecanismos que dirigen la conducta, para favorecer el “auto-gobierno” (disciplina, voluntad y dirección de la acción), controlar la ansiedad, y entrenarse en el uso de estrategias de conducta que pueden suponer el pequeño cambio que produzca «los grandes cambios» en la vida de una persona con estas características.

¡Adelante!