Orientación Psicológica

La Orientación Psicológica y la Educación Emocional son  intervenciones diseñadas para desarrollar cualidades como la auto-estima y capacidades asertivas (de relación y comunicación).

Su objetivo es promover  un estado psicológico lúcido y «en forma», para facilitar la realización personal, mejorar las habilidades sociales y  prevenir la aparición de patologías.

«Sirve para diluir hábitos aprendidos y para re-descubrir  y ejercitar nuevas capacidades que te permitirán ser más objetivo, beneficiarte más de tus circunstancias y sentirte mejor”

Las expectativas con las que «nos enfrentamos» a los pequeños retos de la vida, los juicios que elaboramos sobre «nosotros mismos» y de los demás o la generación automática de miedo: miedo a perder, miedo a exponernos, miedo a no ser suficiente, miedo al futuro, miedo al dolor… conforman los «patrones   inconscientes» de pensamiento y de conducta que limitan nuestro bienestar y que ensombrecen y complican innecesariamente la vida de las personas, en diferente grado.

Consiste en «aprender a usar el cerebro para sentirse bien»

El pensamiento es una herramienta extraordinaria y flexible. Su función indiscutible es prestarnos el mejor servicio para la acción, para la vida.

Revisemos: nuestra forma de pensar, de sentir y de actuar ¿en qué nos está ayudando y en qué nos está  perjudicando a día de hoy?

El primer paso consiste en hacer conscientes nuestras pequeñas o grandes «torpezas psicológicas” (creencias, sentimientos y conductas que, en lugar de beneficiarnos, actúan “como un  lastre» en nuestro día a día, ocasionándonos cierto malestar y/o disfuncionalidad). En segundo lugar, se necesita pasar a la acción y «dar nuevas órdenes al cerebro», mediante la aplicación de ejercicios  individualizados basados en  técnicas de psicoterapia.

En O. Psicológica y Educación emocional, trabajamos sobre todo la Asertividad (capacidad de comunicación y relación positiva, con uno mismo y con los demás) y la generación de una Autoestima saludable   (cualidad relacionada con una representación del «yo» adecuada y realista que nos permite actuar sin sentir temor, culpa o resentimiento injustificados; nos permite actuar desde una  sensación de seguridad) .

En Éfika nos servimos de técnicas que cuentan con una base explicativa nítida y/o una eficacia demostrada.

Existen muchos procedimientos psico-terapéuticos válidos, capaces de promover resultados psicológicos similares.  La elección de un enfoque u otro depende del criterio personal del psicólogo, de las características de cada caso y del objetivo de la persona que demanda el servicio.

Principalmente, trabajamos con:

– Técnicas Cognitivo-Conductuales (para transformar creencias y flexibilizar procesos relacionados con la creación de significados que condicionan la conducta, de modo que consigamos aumentar el abanico de respuestas beneficiosas (funcionales) e incrementemos su aporte de bienestar).

– Técnicas basadas en Mindfulness (para promover procesos de atención y percepción consciente, que permiten atenuar  el  efecto negativo que ejercen ciertos pensamientos sobre el estado de ánimo y la conducta y  facilitar la sensación de auto-realización).

– Técnicas Psico-Educativas (para aportar a la persona conocimientos prácticos sobre el funcionamiento neuropsicológico, que le ayudan a comprender y controlar mejor sus comportamientos).

– Otras técnicas complementarias son: hipnosis clínica,  técnicas de relajación guiada, entrenamiento en coherencia cardíaca (biofeedback)*.

Todas las técnicas psicoterapéuticas que utilizamos están avaladas por el COP (Colegio Oficial de Psicólogos).

*En colaboración con un experto en coherencia cardíaca.

…formularse un problema correctamente, detectar ideas y emociones tóxicas, comunicarnos sin generar dolor, ser capaces de reducir la ansiedad, decir no, decir sí, dejar de defenderse constantemente, vencer pequeños “monstruos”, entender mejor por qué eres tímido, o por qué eres «brusco», desarrollar un autoconcepto más realista y positivo, dejar de sentirse “pequeñito”, reducir el estrés, reducir el miedo al ridículo, no sentirse tan culpable, conseguir estados de ánimo más estables, encontrar «el botón» para acabar con la negatividad…