Orientación Jóvenes

Recibir orientación es muy beneficioso cuando no existen  dificultades especiales puesto que «mejora, previene y fortalece».
Y es aún más necesario si se dan algunas dificultades…

• Desmotivación y apatía general.
• Dificultades para relacionarse.
• Hábitos de comunicación poco eficaces.
• Dificultades para expresar emociones positivas.
• Expresión de enfado y/o tristeza descontrolada.
• Inseguridad y déficit de autoestima.
• Falta de empatía.
• Miedos.
• Bullying.
• Abuso de alchool y otras sustancias.

La Orientación Psicológica y la Educación Emocional son  intervenciones diseñadas  para desarrollar  cualidades como la auto-estima y  capacidades asertivas (de relación y comunicación). Su objetivo es promover  un estado psicológico óptimo, facilitar la realización personal, mejorar las habilidades sociales y  prevenir la aparición de patologías, aplicado a las dificultades típicas de la adolescencia y la juventud.

Sirve para diluir  los hábitos psicológicos negativos que impiden al joven vivir más tranquilo, afrontar con serenidad y solvencia los pequeños problemas, comunicarse de manera eficaz, ser más objetivo y ser feliz.

La forma en que  “se hablan» las expectativas con las que se enfrentan a los pequeños retos de la vida, el juicio que hacen de ellos mismos y de los demás, y estrechamente relacionado con lo anterior, la generación automática de MIEDO: el miedo a perder, el miedo a ganar, el miedo a no ser suficiente, el miedo al futuro…  son algunas de las pautas  inconscientes  que generan  malestar y complicaciones innecesarias en la vida de muchos adolescentes y jóvenes.

La O. Psicológica y la Educación Emocional es un modelo de intervención psicológica que aporta  herramientas  para acabar con el sufrimiento innecesario y para aprender a disfrutar.

Consiste en «aprender a usar el cerebro para sentirse bien», ganar auto-conocimiento y beneficiarse de las circunstancias.

El pensamiento es una herramienta extraordinaria y el joven ha de «captar» una máxima mediante la experiencia guada: la función del pensamiento es ayudarnos a actuar de la mejor manera. Revisemos: nuestra forma de pensar, de sentir y de actuar ¿en qué nos ayuda y en qué nos perjudica?

En primer lugar, consiste en hacer consciente al joven de sus puntuos fuertes y también de sus pequeñas   «torpezas» (creencias negativas y sentimientos disfuncionales, patrones de comunicación ineficaces), que día a día le pueden estar perjudicando. En segundo lugar, se necesita pasar a la acción mediante la aplicación de una amplia variedad de ejercicios terapéuticos individualizados.

…formularse un problema correctamente, detectar ideas y emociones tóxicas, comunicarse sin generar dolor, ser capaces de reducir la ansiedad, decir no, decir sí, dejar de defenderse constantemente, vencer pequeños “monstruos”, entender mejor por qué a veces es tímido, o por qué es «brusco», desarrollar un autoconcepto más realista y positivo, dejar de sentirse “pequeñito”, reducir la ansiedad en situaciones estresantes, reducir el miedo al ridículo y al juicio de los demás,  conseguir estados de ánimo más estables, encontrar «un botón» para acabar con la negatividad…